En los últimos meses el cierre de la vía que comunica a Bogotá con Villavicencio estuvo en el centro de las noticias a nivel nacional. Como es por todos conocido, debido a la ola invernal que azotó al centro del país a de mediados de junio, se generó un desprendimiento de cerca de 120.000 metros cúbicos de tierra sobre el kilómetro 58 de esta importante vía, lo que hizo necesario que el Gobierno nacional se viera en la obligación de cerrar el tránsito por la carretera. Esta decisión, tomada el 14 del mismo mes, tenía como objetivo salvaguardar la vía de los trabajadores y de todo el que tenía que utilizar la vía.
En paralelo con las actividades para remover el deslizamiento, entidades como el Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Transporte iniciaron una ardua labor para garantizar el desplazamiento de los vehículos de carga que transportaban alimentos, combustibles y materias primas, así como para procurar la debida prestación del servicio público de transporte terrestre de pasajeros.
Una de estas se realizó en las terminales de transporte. Durante cinco jornadas, la Superintendencia de Transporte entregó 15.880 tiqueteras que reducían el valor de los peajes por las vías alternas a las terminales de transporte de Bogotá y Villavicencio. La idea era que estas instituciones las distribuyeran entre los conductores del servicio de transporte de pasajeros que viajaran entre las dos ciudades, una vez ellos hubieran cancelado la tasa de uso.
Las terminales de transporte son importantes aliados de la Superintendencia, pues permiten la movilidad de las personas en condiciones de seguridad. Con su servicio también ayudan para a la protección de los usuarios y, sobre todo, trabajan fuertemente para consolidar la legalidad del sector.
Haciendo corte al 8 de noviembre, la terminal de Bogotá ha entregado 8.880 de esas tiqueteras a los transportadores, mientras que la de Villavicencio entregó 7.000 Con esto se ha logrado la movilización de 421.407 pasajeros desde el momento en que se cerró la vía.
Todo esto es una prueba de las diferentes formas en que se puede afrontar una crisis, incluso las de origen natural. Para el Gobierno nacional, lo primero fue volcarse hacia la ciudadanía, hacia os usuarios de la vía, buscando alternativas para mitigar las consecuencias que traía el cierre. Desde el Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Transporte, tenemos en el centro de nuestra operación a todos los colombianos, y trabajamos siempre pensando en unirnos, buscando así el beneficio del país.

Por: Carmen Ligia Valderrama, Superintendente de Transporte.